Una iglesia bendecida llamada a ser bendicion

Éxodo 2:3 “Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río”.

Se ha celebrado el día de las madres, y es necesario hablar  de una mujer que fue utilizada, para que el propósito de Dios se llevara a cabo. Jocabed, la Madre de Moisés,  tuvo un papel importante para que el propósito de Dios se cumpliera en su hijo. El nació en un periodo, donde Faraón ordenó que echaran al río a todo hijo que naciera, si éste era varón, (Éxodo 1: 22)

Dios tenía un propósito para la vida de Moisés. No se puede olvidar, que Dios usa a personas para que sus propósitos se cumplan en la tierra, como lo hizo en este caso con Jocabed. Ella era una mujer que amaba sus hijos, dispuesta a todo para proteger la vida de su pequeño.

Una madre está dispuesta a correr cualquier riesgo por amor a sus hijos. Ellas tratan con todo amor, enseñarles y educarles lo mejor que pueden, para que sean hombres y mujeres de bien. Pero llega un momento, en donde todo ese sacrificio y esa dedicación tiene su recompensa, pues  nunca sabrás, si en tus brazos tienes al próximo caudillo que Dios utilizará para un fin.

Las Madres juegan un papel fundamental, para que los propósitos de Dios se cumplan en la vida de sus hijos. Por esta razón, cada uno tiene la responsabilidad de honrar a su madre, obedecerle y bendecirla.

Tal vez digas: “Yo no tuve una mamá cerca”, y quizá así lo quiso Dios, pero alguien tuvo que fungir con esa función,  ya sea tu padre, tu tía, tu abuela, o alguien a quien Dios envió para que te cuidara y te protegiera y ahora estés gozando de una vida llena de bendiciones de parte de Dios.

Haz que cada día con tus acciones, demuestres la importancia que ha tenido para ti; pues Dios ha sido quien la ha utilizado hasta aquí, para que tú llegues a donde estás.

¡Honra a tu madre!