Una iglesia bendecida llamada a ser bendicion

1 Samuel 25:23-24 Y cuando Abigail vio a David, se bajó prontamente del asno, y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra; 24 y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; más te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva.

Reflexión: Abigail cambió la situación, pues David había decidido matar a su esposo por lo insensato y necio que era, y da la orden de no dejar vivo a nadie. David estaba determinado a acabar con la vida de este hombre, pero un siervo de Abigail le dijo lo que David pensaba hacer con su esposo, y ella llena de sabiduría no permitió que esto sucediera, ella:

1. Actuó: Se decidió interceder por su casa postrándose delante de David, hablándole con gran súplica, lo cual provocó un cambio en su corazón, haciendo que guardara la espada que ya estaba desenvainada para matar. Cuando actuamos ó intercedemos nos ponemos en la brecha por nuestra casa, cambiamos diagnósticos, pronósticos, decretos de muerte, que estaban en nuestra contra.

2. Se humillo: No le importó su posición social y se postró reconociendo la necedad de su esposo y esto ocasionó el favor e hizo que la muerte no llegara a su casa, porqué el Señor es excelso y atiende al humilde, mas altivo lo mira de lejos (Salmos 138:6).

Cuando nos levantamos en Dios, hacemos que la muerte, el fracaso y el temor se detengan en el camino, cuando nos levantamos en Dios hacemos que así como vino la enfermedad, así mismo se tiene que ir y que podamos entender que, tenemos una esperanza viva de que Jesús intercede por nosotros.